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El enemigo que ataca por el aire

Hoy ha sido un día de emociones encontradas. Nuestro amigo y vecino Antonio nos comentó por la mañana que, si nos venía bien, podíamos pasarnos por su casa a lo largo de la tarde para ver lo que quedaba en buen estado de sus viejas colmenas. Así que nos acercamos con mucha ilusión por ver si todavía quedaban cosas que pudieran servirnos.

 

Una vez allí, entre restos más o menos bien conservados también nos tocó escuchar la triste historia de cómo Antonio abandonó la apicultura. Y es que después de muchos años dedicándose al cuidado de las abejas y de extraer su miel para consumo familiar, este jubilado pensaba que ya se había enfrentado a todos los enemigos de las colmenas. Fueron los primeros años de la avispa velutina en la zona, y la impotencia y el daño infligido se movían a la par. Cientos de apicultores como Antonio veían como este nuevo enemigo diezmaba las colmenas, algunos, como hizo él, trataron de llevarlas a las montañas para salvarlas, sin grandes resultados. En un año perdió su colmenar, que se había acercado a la veintena de colmenas en su mejor momento y también su ilusión. Triste por la pérdida decidió esperar a que la plaga de la avispa asiática desapareciera. Hoy, casi ocho años después casi todos nos hemos acostumbrado a que esa molesta avispa se haya unido a todas las demás enfermedades del colmenar, pero por fortuna también tenemos algunas armas y la determinación de que las abejas y lo que nos dan merece nuestra atención y apoyo.

 

La Velutina, Vespa Velutina para los más científicos es culpada desde entonces de la mayoría  de bajas en los colmenares y además también entre los de nuestra especie, pues su veneno y la ferocidad de su ataque en defensa del nido son tristemente noticia cada vez más a menudo. Se han convertido en un auténtico peligro en nuestros bosques y zonas rurales, poniendo en peligro a personas y animales, colocándose probablemente como la especie mas peligrosa para el ser humano de las que habitan nuestro entorno.

 

A pesar de que nuestro Antonio hace ya varios años que dejo la apicultura, es habitual verle colocar las habituales trampas caseras en sus fincas, trampas que forman parte del paisaje y que, si bien no han solucionado el problema de la avispa, si han conseguido dar un buen hachazo a sus poblaciones. En estos días se ha declarado a la abeja el ser vivo mas importante del planeta, y en Mel do Sierra pensamos que cada ser vivo es importante, cumpla la función que cumpla, pero os dejo un apunte de la noticia: el 70% de las plantaciones del mundo dependen de las abejas, 70 de cada 100 productos que consumimos y consume nuestro ganado las necesitan.